¿Facebook o Twitter?
El boom de las redes sociales.
Muro o 140 | Cada red social se ajusta mejor a un perfil. La elección depende si uno tiende más al exhibicionismo o al narcisismo. De todos modos, la paradoja es que, cuanto más conectados estamos, más solitarios nos sentimos.
John Carlin
El País
Para aquellos que se sienten enajenados, solos, raritos por su distancia del cada día más omnívoro mundo virtual y están contemplando empezar el año nuevo apuntándose a Facebook o a Twitter, o incluso para los que están pensando abandonar lo que para muchos se ha vuelto una especie de adicción, una guía.
¿Facebook (mil millones registrados en todo el mundo) o Twitter (500 millones)? Depende de si uno tiende más al exhibicionismo o al narcisismo. Facebook, la mejor opción para los exhibicionistas, ofrece, con su muro –el nombre del espacio donde se deposita la información–, un espléndido escaparate para aquellos que sienten necesidad de compartir con el mundo los detalles íntimos de sus vidas, desde el primer beso con la nueva novia (clic, la foto; clic, enviado a los amigos de Facebook), al aquí estoy yo con mi nuevo vestido/bikini/zapatillas Nike, al delicioso café y cruasán del desayuno, al intento autoanalítico de cómo me siento tras el disgusto con mamá.
Twitter, por el contrario, se acomoda más al narcisista, a aquel que tiene que demostrar al máximo número de gente posible (el gran indicador de esta red es el número de followers o seguidores, personas que voluntariamente buscan el perfil de uno y se apuntan para recibir lo que el elegido quiera decir) lo listo o gracioso o ingenioso que es, o lo informado que está sobre los acontecimientos mundiales. Twitter, que solo admite 140 caracteres por entrada, es más cerebral; Facebook, donde se publican 750 millones de fotos cada fin de semana, más corporal.
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Si, como ha dicho Santiago Segurola, Twitter es “un bar de borrachos”, Facebook es un burdel. O, quizá, para ser un poco más justos, Twitter es un bar cualquiera en el que algunos se emborrachan y se dicen de todo y Facebook es un club de copas en el que existe la opción de ligar.
Sin duda, si el propósito es navegar por las redes sociales para conocer gente con fines románticos y/o sexuales, Facebook es la opción para ti –descontando las específicas con este fin, claro–. Twitter, en cambio, es más útil para aquellos a los que les da lo mismo generar admiradores o enemigos, con tal de que se cumpla el requisito primario de que se les preste atención. Twitter es más irónico, esconde más; Facebook es más emocional y más revelador.
¿Es bueno esto para la salud mental? Buena pregunta, ya que se han hecho montones de estudios sobre el tema. Tras un repaso por la web parece existir un sesudo consenso. Del mismo modo que la avalancha de información en Internet logra que la gente sepa menos sobre más cosas, que posea muchos datos pero profundice poco en ellos, los contactos personales a través de las redes sociales ofrecen más cantidad que calidad.
Un amigo, pillado hace poco jugueteando con su smartphone mientras esperaba a alguien en un restaurante, sonrió y dijo: “Lo maravilloso de estos aparatitos es que nunca más tienes que sentirte solo”. Pues según los estudiosos en el tema, es al revés. En Estados Unidos, donde no hay faceta de la vida humana que no se someta a las estadísticas, todo indica que Twitter y Facebook han hecho que sus usuarios sientan más soledad que nunca.
Mucho ruido y pocas nueces o, como dirían los académicos norteamericanos, “the Internet paradox”, la paradoja de Internet. La contradicción consiste, dicen, en que cuanto más conectados estamos, más solitarios nos sentimos.
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