Hoy, Juan Gelman
LITERATURA
Gelman, en su casa en México. | El País
Tiempos | A punto de publicar su nuevo libro, el poeta argentino habla de esos 300 textos "muy condensados para no molestar al lector" que componen Hoy. Recuerda a Borges y opina sobre el papa Francisco y el gobierno de Cristina Fernández. Y confiesa sus miedos.
Juan Gelman, poeta argentino, está a punto de ver salir su nuevo libro, Hoy, unos 300 textos breves, “muy condensados, para no molestar al lector”, confiesa en una entrevista con El País, donde habla de Jorge Luis Borges, el papa Francisco, el gobierno de Cristina Fernández y su “confianza lastimada” respecto de si algo podrá cambiar en este mundo.
“Este momento me atemoriza mucho. No solo por la crisis económica, sino
la crisis espiritual, y no me refiero a la religión”, dice y advierte sobre “una
especie de acostumbramiento, que es lo peor que le puede pasar al ser humano:
al terrorismo, al genocidio por hambre, a la falta de educación para todo el
mundo”.
Gelman, ganador de los premios Juan Rulfo, Neruda, Reina Sofía y
Cervantes, opina que “el lugar que la ideología ocupa en la subjetividad de un
escritor” es “pequeño, según los casos, claro. Y la relación entre la escritura
y el pensamiento político tienen canales muy oscuros”.
Cita a Borges –del que son bien conocidos su antiperonismo, su simpatía
por Franco y que se dejó condecorar por Augusto Pinochet– y cuenta: “Hay una
cosa que apenas se sabe. A principios de los 80 firmó una solicitud de las
Madres de Plaza de Mayo pidiendo la aparición con vida de los desaparecidos. Y
cuando al final de su vida le preguntaron en la BBC por su apoyo a la dictadura, se le empozaron sus ojos ciegos y
explicó que no había estado muy informado y que había vivido rodeado de cierto
ambiente. ‘Ignorancia, como decía Samuel Johnson’, dijo. No hay nada que
digerir de las ideas de Borges. Solo hay que comprender”.
Gelman, cuyo hijo y nuera fueron víctimas de la dictadura cívico-militar
y pudo, 23 años después recuperar a su nieta, ratifica sus “dudas” sobre Jorge
Bergoglio, el papa Francisco. “Hablé con él cuando buscaba a mi hijo y me dijo
que no podía hacer nada. Pero ante la justicia declaró otra cosa, que había
hecho gestiones sin éxito. No me consta si las hizo o no. Pero dejó a la
intemperie a varios jesuitas cuando era provincial”, cuenta.
Sobre el gobierno argentino, respondió sin ambages: “Yo apoyo al Gobierno
actual, es el mejor en varias décadas. No quiere hacer la revolución
socialista, sino volver al capitalismo clásico, basado en la producción y no en
la especulación”.
Se vuelve escéptico cuando habla de los movimientos de indignados, como
en España y México, a los que ve desvanecerse por la “falta de experiencia
política, de objetivos claros”. “Tengo la confianza lastimada. Algo cambiará
pero yo ya no lo voy a ver”, se esperanza, aunque remata: “No creo que llegue a
los cien años (…) Quiero ver casarse a mis nietos, ver si me dan algún
bisnieto… Pero también creo que Dios, si existe, debe estar aburridísimo de su
eternidad”.
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