El árbol que fue visto como un juguete sexual
¿Qué ves? | El artista estadounidense Paul MacCarthy infló una escultura titulada Tree, en la Place Vendôme, en París. Pero un grupo ultraconservador entendió que se trataba de un plug anal y se desató el escándalo.
datapuntochaco
El
artista estadounidense Paul McCarthy acaba de protagonizar el mayor escándalo
de la temporada cultural en París. El motivo es una escultural obra hinchable
titulada Tree, que instaló hace dos semanas en la Place Vendôme, en pleno
centro de la capital francesa. Los más inocentes vieron en él un gigantesco
árbol de Navidad. Pero también hubo quien logró distinguir en la obra la forma
de un juguete sexual de dimensiones colosales. Fue entonces cuando se desató el
escándalo.
El
colectivo ultraconservador Printemps Français, nacido durante las
manifestaciones masivas contra el matrimonio homosexual, fue el primero en
pasar al ataque: “Un plug anal gigante de 24 metros de altura acaba de ser
instalado en la Place Vendôme. ¡La Place Vendôme desfigurada! ¡París
humillado!”. Un par de días más tarde, el artista fue agredido por un
transeúnte que le identificó como el autor de la escultura y le llamó “estúpido
y jodido estadounidense”, cuenta el diario El País.
Horas
después, la obra era saboteada por un grupo de anónimos que lograron
desinflarla. El artista de 69 años decidió no volver a levantarla para evitar
“potenciales desmanes” y “no verse involucrado en el enfrentamiento y la
violencia física”, según un comunicado.
Bien
señala Mikel López Iturriaga, en Arte, chocolate y sexo anal, la obra de McCarthy “aparentaba ser un
inocente abeto, pero no había que ser un adicto a la guarrerida para
identificarla con un butt plug, popular consolador anal cuya traducción literal
sería ‘enchufe de culo’. Los franceses, que no sé qué mosca les ha picado pero
han pasado de ser la gente más libertina e interesante de Europa a mostrarse al
mundo como unos seres antipatiquísimos que votan al engendro de Marie Le Pen y
están en contra del matrimonio gay, se han enfadado mucho al ver semejante
atrocidad instalada en la Place Vendôme. Vale, seré justo: no todos los
franceses, ni mucho menos, pero sí los beatos, que meten más ruido. No han
parado hasta cargarse el pobre butt plug, con lo bien que combinaba con la no
menos fálica columna napoleónica de la misma plaza”.
El
entorno de McCarthy advirtió sobre una particular venganza en forma de nueva
exposición. El resultado ya se conoce ahora. El artista acaba de inaugurar
Chocolate Factory, una macroinstalación que reproduce el funcionamiento de una
fábrica de chocolate, instalada en el nuevo espacio para el arte contemporáneo
de La Monnaie de París, casa de la moneda ubicada en un palacete dieciochesco a
la orilla del Sena. Los operarios de esta obscena chocolatería lucen pelucas
rubio platino e idéntico rictus taciturno, mientras confeccionan huevos de
chocolate que adoptan la misma forma que ese sex toy gigante con el que estalló
la polémica dos semanas atrás. Después, los acumulan en las salas de exposición
e incluso los venden en la tienda del museo al módico precio de 50 euros.
Pero
eso no es todo. Además de los chocodildos, allí se vende otra figurita de
chocolate relacionada con las fiestas de fin de año. Se trata de un Papá Noel
abrazando un butt plug, que, advierte, López Iturriaga, será “la máquina del
consumo en la próxima Navidad”.
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