Las razones del sexo
No siempre es por amor | Sobran motivos. Una lista elaborada a partir de una investigación revela un total de 237 motivaciones para tener relaciones sexuales. Y el afecto solo tiene que ver con algunas de ellas.
Data.Chaco | La Vanguardia
Desde el “su aspecto físico me gustó”, hasta el sencillo “me hace sentir bien”. Pero hay otros que los investigadores no se esperaban, como “quitarse el dolor de cabeza”, cuando generalmente eso se ha usado o se usa como una excusa para no tenerlo, y otros más rocambolescos, como hacerlo para que alguien “rompa la relación con su pareja” o incluso para “sentirse más cerca de Dios”. Tampoco falta quien asegura que su motivo es “quemar calorías después de una cena pesada”.
Esas son algunas de las 237 razones para tener sexo que
recopiló un estudio sobre la motivación sexual publicado en la revista Archives of Sexual Behaviour, según un artículo publicado en el diario catalán La Vanguardia.
Sobran motivos para tener sexo y no siempre es por amor. La
probabilidad de que el amor dicte los caminos del deseo disminuye de forma espectacular.
Una lista elaborada a partir de una investigación de la Universidad de Texas
del año 2007 contiene un total de 237 razones distintas. Y el afecto solo tiene
que ver con algunas de ellas. Prevalecen el aburrimiento, el insomnio o el
morbo, por no hablar de la curiosidad, la venganza o para evitar hablar de
algún asunto espinoso o conseguir un trabajo.
Otro estudio más reciente de la Universidad de Toronto,
publicado en 2013, reduce los motivos para tener sexo a dos categorías: o es
positivo o es negativo, según la psicóloga y coordinadora del estudio Amy
Muise. Aparentemente muy sencillo, solo hay que saber lo que es positivo y
negativo, según los criterios de cada cual, claro. Pero los expertos aseguran
que no es tan simple y aventuran los verdaderos motivos por los que se tiene
sexo.
“Tal vez años atrás podía parecer más simple, sobre todo
entre las personas con la creencia muy arraigada de tener solo sexo para tener
hijos. Tenía su peso cultural. Aunque no fuera una práctica generalizada en
gran parte de la población, sí había un componente que para algunos podía ser
castrante y culpabilizador si los motivos por tener sexo eran otros,
inconfesables como se decía entonces”, recuerda el psicoanalista Juan Carlos
Albaladejo, socio del gabinete Esperanza Psicólogos.
Una vez desterrado este tipo de moralidad, parece que
empiezan a surgir los verdaderos motivos. “El sexo convencional ha muerto y las
personas se atreven a preguntarse a sí mismas por qué tienen sexo”, apunta
también José Carlos Arroyo, coach y asesor filosófico, miembro de la Associació
de Filosofia Pràctica de Catalunya.
“¿Tienes relaciones sexuales para disfrutar de tu propio
cuerpo? ¿Del de la otra persona? ¿Para experimentar? ¿Quizá para conocerte
mejor? ¿Por alguna razón espiritual?... En definitiva, ¿por qué motivos tienes
sexo?”, pregunta José Carlos Arroyo. Él mismo contesta: “Si me preguntaras a
mí, te diría que mis relaciones sexuales son para convertirme en una pareja y
un amante nada convencional. Lo normal abunda. Es rutinario y aburre mucho.
Está por todas partes. Sin embargo, quieres divertirte y la otra persona
también. Estás en esta vida para disfrutar de cosas nuevas y sentirte feliz”.
Puede ser un motivo, sí, evitar la rutina.
Danièle Flaumenbaum, ginecóloga y autora de Mujer deseada, mujer deseante (Gedisa),
llega a asegurar que el 85% de las mujeres se aburre haciendo el amor.
Sorprendente.
En este mismo sentido, Emma Ribas, psicóloga y sexóloga
del Institut d’Estudis de la Sexualitat i la Parella y de Somdex Dr. Santiago
Dexeus de la clínica Tres Torres, también constata este aburrimiento. “Hay
mujeres con dependencia emocional, que tienen sexo porque toca hacerlo, no
porque quieran o lo deseen, y temen que de no hacerlo su pareja las abandone.
Tienen miedo a quedarse solas”. Es un motivo que indudablemente inhibe la
secreción de hormonas relacionadas con el deseo y la excitación.
Pero no todo el mundo tiene sexo para romper la rutina y
evitar el aburrimiento. Sus motivos son otros. Cindy Meston, psicóloga,
directora del laboratorio de psicofisiología sexual de la Universidad de Texas,
codirigió con David Buss un estudio sobre la motivación sexual publicado en la
revista Archives of Sexual Behaviour y recopilaron una lista de 237 motivos.
Más allá de lo convencional o sorprendente que sea esta
lista, Meston los ha reagrupado según si las razones tienen un origen físico o
emocional o persiguen un fin (como conseguir un ascenso, hacer dinero, ser
popular o por una apuesta).
Para no perderse ante tanta motivación, Juan Carlos
Albaladejo identifica aquellas motivaciones “absolutamente egocéntricas que sólo
tienen que ver con uno mismo –como descargar la propia ansiedad, liberarse de
ciertas preocupaciones o sentirse deseado– de aquellas otras más altruistas
–animar a la pareja porque lo necesita o porque está triste–”.
Cualquier motivo es bueno, señala este psicoanalista,
“mientras sea consentido. Al fin y al cabo estamos hablando de la carga
erótica, de la fuerza de la vida en contraposición a la muerte. Aunque todavía
el hombre tiene tendencia a temer a la mujer que manifiesta toda su carga
erótica. Es el peso de la educación patriarcal”, que también dificulta la
incondicionalidad del amor. Ante ellos José Carlos Arroyo aclara que el amor
incondicional es un proceso, no un resultado.
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